El derecho a la protesta está consagrado por nuestra Carta
Magna, por lo que todo ciudadano que sienta motivos para hacerlo, se encuentro
en su legítimo derecho.
Ahora bien, es igualmente conocido que la oposición política
dominicana, a través del tiempo solo ha sabido constituirse en agitadores
consuetudinarios, donde una mal llamada Izquierda Revolucionaria, aun permanece
perdida en el tiempo.
Apoyamos el derecho que tiene la gente a protestar, y sobre
todo, contra ese mal social, ancestral y canceroso, que es la corrupción y la
impunidad, la que por tantos años ha permeado al Estado dominicano.
¿Pero cuáles propósitos esconden los financistas y
promotores ocultos de ésta marcha del 22 de enero?
Definitivamente, la desestabilización del actual gobierno,
que preside Danilo Medina; convencidos estamos, ya que hemos podido ver como
figuras importantes de la oposición (PRM), han invertido recursos con
comerciales, voceros en medios (radio y televisión), conocidos por su labor de
bocinas a favor de la causa de Luís Abinader, en el pasado certamen electoral.
En nuestro país, es sabido por todos, que la movilización
de multitudes en guaguas, tiene un alto
costo económico, que los motoristas, no se mueven si no les garantizan
combustible y algo para dejar en la casa… ¿Y de dónde sale todo ese dinero?
Manos ocultas de la oposición deja ver sus dedos, con uñas
llenas de mugre, de un pasado manchado por esa misma corrupción e impunidad, de
la que hoy se pretenden desligar...pero es imposible, ya que son parte del
pasado reciente y están estampadas en nuestra historia como huellas en hierro.
¿Quién
pudiera ser el gran ganador?
Definitivamente que el gobierno de Danilo Medina, a quien le
viene bien hacer una auto-revisión, mirando hacia su interior y conectando al
gobierno con la filosofía de su fundador, Juan Bosch.
De ser así, el gobierno de Medina, daría un salto
cualitativo, que lo impulsaría y conectaría, con un grupo inmenso de
dominicanos que valoran como positiva su gestión, pero han estado a la espera
de ver mayores y contundentes acciones en el combate a la corrupción que
reivindiquen la memoria de su fundador, quien dijo, estando en el ejercicio del
poder, que el presidente no puede tener amigos, ni arientes, ni parientes y
mandando a la cárcel a funcionarios de su gobierno, sin importar la cercanía y
afectos hacia dicha funcionario.
De igual manera y como
respuesta a la marcha, el gobierno deberá mirar la formula de conectar con los
sectores más desposeídos, incrementando sus planes sociales, atacando
directamente la pobreza que abate a miles de dominicanos y que se ha constituido
en una deuda social ancestral, a la cual, sería excelente ocasión para
demostrar que el desarrollo económico, que por varios años hemos mantenido, sirve
también, para transformar la vida de los menos afortunados.
La empresa Odebrecht, ya se comprometió en devolverle a
Estado dominicano la suma de 184 millones de dólares, dinero éste, con el que
no contaba el presidente Medina. Tan solo eso ya es ganancia para el gobierno y
el pueblo…y la oposición qué.
¿Quién
pierde?
Sin lugar a dudas, que el gran perdedor sería la oposición
política (PRM), quienes no pudiendo, reivindicarse el éxito de la marcha
“cívica” del 22 de enero, y con la posibilidad de que nombres importantes de su
partido salgan a relucir en el caso de los sobornos de Odebrecht, entonces
veríamos como tanto esfuerzo por afectar la imagen del actual gobierno, caería
como espada de Damocles, sobre sus cabezas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario