Por Jordan Bastian / MLB.com
GOODYEAR, Arizona - El dominicano Abraham
Almonte estuvo al borde de su asiento durante el Juego 7 de
la Serie Mundial. Ese asiento estaba localizado en las gradas del Progressive
Field, donde el jardinero de los Indios se encontraba entre los fanáticos.
Almonte fue el único miembro de las tribunas que estaba allí para apoyar no
sólo a los jugadores de los Indios, sino a sus compañeros.
Inelegibilidad para la postemporada fue parte del precio que
Almonte tuvo que pagar por la suspensión que recibió la primavera pasada por
violar el Programa de Tratamiento y Prevención de Drogas de Major League
Baseball. Cuando el quisqueyano tuvo su entrevista uno a uno al comienzo de los
Entrenamientos de Primavera este año, el manager de la Tribu, Terry Francona,
dejó en claro que el guardabosque llegó al campamento con borrón y cuenta nueva
ante los ojos de los Indios.
"Eso fue una de las cosas que dije", indicó
Francona. "No hablaré más sobre el tema, pero dije, '¿Qué tan bueno es
sentarse en esa silla sabiendo que tienes un nuevo comienzo y estás avanzando?'
Eso fue exactamente lo que le dije".
Eso significó mucho para Almonte.
De hecho, Almonte dijo que agradeció cómo Cleveland manejó
la situación durante el último año. Luego de que el oriundo de Santo Domingo
cumplió la suspensión de 80 partidos, fue agregado inmediatamente al roster de
Grandes Ligas y permaneció con el equipo hasta el final de la temporada
regular. El guardabosque vio acción en los jardines con regularidad, aun los
Indios teniendo el conocimiento de que no estaría disponible para los playoffs.
Durante ese proceso, Almonte sabía que su rol era premiarles
a los Indios la fe en él haciendo todo lo que pudiese para ayudar a que el
equipo alcanzara la postemporada. Cuando Cleveland selló el título de la
División Central de la Liga Americana el 26 de septiembre, Almonte estuvo en el
medio de la celebración en el clubhouse de visitantes en el Comerica Park de
Detroit. Ese fue un momento especial para Almonte, quien nunca se sintió
rechazado por el club ni sus compañeros a raíz de su dura experiencia.
"La situación en la que se encontraba el equipo -
ganando todos los días, todos estaban jugando bastante bien - yo estaba listo
para lo que ocurriera", expresó Almonte. "Si eso significaba pasar
más tiempo en Triple-A, ir a las Mayores, donde fuese que me necesitaran
[estaba preparado]. Estaba bien impresionado con la forma en que confiaron en
mí, creyeron en mí y me pusieron de vuelta en Grandes Ligas para tratar de
ayudarles".
Almonte, quien es un bateador ambidextro y puede defender
los tres jardines, se encuentra en una competencia reñida por un puesto en las
praderas. El quisqueyano se proyecta como el suplente de Tyler Naquin en
el central, pero también podría ser una opción para el bosque izquierdo en caso
de que Michael Brantley,
quien fue sometido a una cirugía para reparar el bíceps derecho en agosto, no
esté listo para el Día Inaugural.
"Debido a su conjunto de habilidades, Abraham podría
aportar bastante", mencionó Francona.
El 26 de febrero de los enteramientos del año pasado,
Almonte se sentó frente a reporteros para hablar sobre la vergüenza y la
confusión que sentía tras haber arrojado positivo a Boldenona. Un año después,
el jardinero continúa siendo acogido por sus compañeros de equipo, y siente que
su situación le sirvió como una experiencia de aprendizaje personal.
"No es la manera en la que deseas aprender, pero siento
que aprendí mucho de lo ocurrido", comentó Almonte. "Me siento
mentalmente más fuerte y más positivo. Ahora lo puedo ver, y sé que todo es
posible. Sólo tengo que llegar al estadio con las mismas energías que llego
todos los días y no importa qué tan difícil e incómoda sea la situación, sé que
voy a superarla".
Fuente: mlb.com
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