Esta comunidad descendiente de africanos situada
a 50 kilómetros de Cartagena cuenta con su propia organización social, su
idioma y su música, afirma ser libre y no saber qué es la esclavitud.
Aunque cueste creerlo, en San Basilio de Palenque, a tan
solo 50 kilómetros de Cartagena, ciudad turística por excelencia de la costa
caribeña colombiana, no hay policías.
El "primer pueblo libre de América", como se
conoce a este corregimiento del municipio Mahates, en el departamento de
Bolívar, fue constituido en el siglo XVII exclusivamente por africanos.
¿Cómo se puede mantener la seguridad sin fuerzas policiales?
En Palenque, donde viven unas tres mil quinientas personas, la 'Guardia
Cimarrona', conformada por los propios miembros de la comunidad, se encarga de
resolver los conflictos que se presenten.
Para entender esta manera alternativa de garantizar el orden
hay que volver la mirada unos cuatro siglos atrás y situarse en la Colonia, en
pleno proceso esclavista alentado por la Corona española.
Benkos Biohó
Procedente de las islas de Bijagós, en la actual Guinea
Bissáu, llegó Benkos Biohó, un hombre nacido en África occidental cuya
peripecia vital está llena de capturas y fugas tanto de las garras de los
españoles como de los portugueses.
En 1599, según la página Historia de África, ya en territorio colombiano, logró huir,
internarse en la zona sureste de Cartagena y organizar un ejército para dominar
la Serranía de San Jacinto, conocida como los 'Montes de María', en el actual
departamento de Bolívar.
En una de sus expediciones encontró un lugar idóneo para
fundar una población que pudiera estar a salvo de los conquistadores denominada
"palenque", y que no era otra cosa que una "empalizada
construida por esclavos que habían escapado de sus amos", como la define
el cronista colombiano Alberto Salcedo Ramos en su libro 'La eterna parranda'.
En 1603 Benkos se enfrentó a los españoles y San Basilio
Palenque se convirtió en el primer pueblo de la América colonial que
logró su autonomía.
Tierra libre
Tras años de dura guerra contra la Corona española, Benkos
logró establecer una acuerdo de paz, de 1605 a 1621, cuando fue ahorcado y
descuartizado.
En 1713, por decreto Real, San Basilio de Palenque
se convirtió oficialmente en el primer pueblo libre de América. "Ese
año se logra un acuerdo con los palenqueros, que en ese momento asumieron un
pacto de paz", afirma el antropólogo palenquero Jesús Natividad Pérez
Palomino, consultado por RT.
Los preceptos de este pueblo tenían como base la libertad,
la autonomía de su gobierno y la demarcación de la tierra, estableciéndose como
autoridad para resolver los conflictos la 'Guardia Cimarrona'.
De Guardia Civil a Cimarrona
En 2009 la Guardia Civil de Palenque pasó oficialmente a
llamarse 'Guardia Cimarrona'. Este cuerpo, compuesto por unos treinta hombres,
se encarga de tratar de resolver los problemas y conflictos que puedan surgir.
La comunidad ha sido muy exigente en cuanto a sus
autoridades y se les ha permitido crear su propio modelo de seguridad, explica
Pérez Palomino.
"La Guardia Cimarrona está atenta a la realidad social
y ambiente cultural", agrega el antropólogo, sirviendo de modelo para
otras experiencias en Colombia.
A pesar de los cambios de los tiempos actuales, este cuerpo
de hombres palenqueros no está dispuesto a que su autoridad y tradición mueran,
recuerda una nota de Caracol de mayo de 2017.
El tema de la violencia en Colombia también ha afectado a
este pueblo situado a tan solo 50 kilómetros de Cartagena. Entre finales de los
90 y principios de la pasada década, varios miembros de esta comunidad
fueron asesinados por paramilitares y algunas familias dedicadas al
trabajo agrícola fueron despojadas de sus tierras, que son de propiedad
colectiva.
Libre en Palenque
Si bien sorprende el tema de la seguridad en esta pequeña
comunidad con fuertes raíces africanas, declarada en 2005 Obra Maestra del
Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, su organización
social y fuerte arraigo cultural son sus características más sobresalientes.
"El palenquero tiene la claridad de que es libre",
afirma Pérez Palomino, subrayando que en la mentalidad de su pueblo no existe
el esclavismo.
Según él, su comunidad, además de la violencia, también es
víctima del prejuicio. El racismo y la discriminación se ciernen sobre las mujeres
que venden dulces criollos a base de coco en Cartagena, donde radica su fuente
de ingresos, que deben huir constantemente de las autoridades.
Fuente:rt.com
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