Pese
al hype que pueda tener una materia tan interesante, lo cierto
es que la Inteligencia Artificial ya se usa en multitud de escenarios
diferentes. Uno de ellos es, por supuesto, el modo en que buscamos información
en Internet, cómo “cazamos música” o navegamos.
Actualmente,
la IA se concentra en la Nube porque los
dispositivos no tienen aún la capacidad suficiente para ella.
Esto significa que, con el fin de aprovechar sus ventajas, necesitaremos una
buena conexión a Internet, si es posible, fibra óptica
de 300 Mbps. Sea como fuere, hemos de asegurar una pista de banda ancha fija y móvil solvente para
subirnos al carro de una IA que está mucho más cerca de lo que creemos.
Si haces uso
de un buscador web
Un
experimento curioso y divertido es juntarte con varios amigos y hacer todas las
mismas búsquedas en Google, todos a la vez. Por ejemplo, “ocio” o “fin de
semana”. A cada usuario le
aparecerán distintos resultados en base a su uso previo con el buscador,
pero también debido a la combinación de datos personales.
El Machine Learning que emplea el
algoritmo de Google lleva años funcionando. En 2015 se confirmaba
la existencia de RankBrain, un algoritmo basado en Inteligencia
Artificial que ayuda al gigante de Internet a orientar nuestras búsquedas
personales.
El
aprendizaje automático y la IA también funcionan en la llamada ‘búsqueda inversa’ o búsqueda por imagen. La IA
de Google, tras haberse entrenado con millones de datos, es capaz de saber qué
es y qué no es un gatito cuando subimos la foto de uno:
La IA se
apoya en que previamente un conjunto ingente de fotografías de mininos fueron
marcadas como “gato” por sus autores. Aplicaciones similares basadas en redes
neuronales, como Aesthetics,
nos ayudan a saber cómo de populares serán nuestras fotografías gracias a herramientas de predicción IA.
Sustentado, claro, en lo que ha “pitado” previamente en Instagram.
Patrones de
reconocimiento, materia prima para las IA
A los seres
humanos se nos da bien reconocer patrones. Al menos hasta que los datos se
cuentan por billones. En esos casos, es mejor dejar actuar a las inteligencias
artificiales. Shazam es uno de esos programas que usa IA para identificar la
canción que está sonando, y Google Assistant o Siri reconocen nuestras palabras
para hacer búsquedas sencillas.
Los
asistentes de voz o aplicaciones como Shazam usan Inteligencia Artificial.
Cuando
cogemos el teléfono móvil y pedimos a Siri que busque un restaurante chino
cerca de casa, nuestras palabras son transformadas en unos y ceros,
comprimidas, enviadas al otro lado del mundo, desempaquetadas y contrastadas con millones de otros datos.
Un segundo después, la información deseada aparece en pantalla en forma de
mapa.
En otras
palabras, la Inteligencia Artificial moderna requiere sí o sí de un sistema de
telecomunicaciones basado en fibra óptica y alta capacidad de envío de
información. De lo contrario, no funcionaría al nivel que necesitamos.
Las redes
sociales son una excelsa fuente de información
En 2017,
investigadores de la Universidad de Vermont publicaron un estudio
titulado ‘Las
fotografías de Instagram revelan marcadores para predecir la depresión’.
El estudio se resume grosso modo en que buena parte de las
depresiones tienen características comunes.
Analizando
muchas fotografías de Instagram de personas que se saben deprimidas, es posible
contrastar cualquier perfil y establecer paralelismos.
Pensemos en lo importante que resulta esto en la
prevención.
Todavía no
hay ningún mecanismo activado, pero se sabe que Instagram es una red activa en
la prevención de diversas condiciones que pueden ocasionar daños a sus
usuarios. Por ejemplo, si buscamos por “bulimia” o “suicidio”, nos redirigen a
una web que reza “¿Podemos ayudarte?” y apremia al usuario a buscar ayuda.
Entornos
como Twitter o Reddit, además de espacios como Pornhub, también recurren a la
Inteligencia Artificial, precisamente, para luchar contra
otro tipo de IA, la que ayuda a construir el llamado deepfake
porn.
Los
servicios públicos, también
Las ventajas
en el uso de las tecnologías no afectan solo al sector privado. A finales del
año pasado China anunció que parte de las funciones de los policías dentro de
una comisaría serían desempeñadas
por inteligencias artificiales. De momento, se trata de tareas
administrativas sencillas que los humanos nos ahorramos.
No es la
única. La CIA hace
tiempo que usa Inteligencia Artificial para minar datos en redes sociales y pillar a los
infractores debido a su propia torpeza. Como cuando alguien cuelga un
vídeo en sus redes sociales haciendo una fechoría y acaba cazado.
China
también confirmó que la policía estaría dotada de gafas de
reconocimiento facial para identificar sospechosos. Este sistema se
integrará en la tecnología funcional para localizar a ladrones o sospechosos
que ya se usa en el país. Según la consultora
OpenText, el 25% de los ciudadanos piensan que la integración entre la IA y el sector
público llegará en los próximos 10 años.
Según se
aumenta la potencia de cálculo en los servidores, tiene más sentido incluir Inteligencia Artificial en distintos
servicios. Sin embargo, la información sigue teniendo el cuello de
botella de las comunicaciones. Si buscamos aprovechar al máximo la IA, mejor
que contemos con una tarifa de fibra óptica de alta velocidad, como los 300 Mbps que ofrece Tuenti.
Fuente:Xataka.com
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