Los Juegos
Olímpicos de invierno han sufrido su segundo ciberataque. El primero tuvo lugar a principios
de enero, un mes antes de su inicio, y el segundo durante la
ceremonia de inauguración según han
confirmado los organizadores de los Juegos, aunque todavía no
han querido revelar quienes creen que han sido los responsables.
Esta
afirmación inmediatamente ha hecho que todas las cabezas se giren nuevamente
hacia los sospechosos convencionales, Rusia y Corea del Norte. El primero ya ha asegurado que son
acusaciones infundadas, y el segundo está en medio de un acercamiento político
con sus vecinos del sur como hacía años que no se veía, todo mientras desde la
organización se intenta quitarle importancia. Esto es lo que han dicho cada uno
de ellos.
Lo más
importante de todo, antes de empezar, es que todavía no hay indicios de quién
está detrás de estos ataques ni lo más importante: cual ha sido su objetivo. Lo que queda claro según han dicho desde
McAfee, empresa que informó del primer ataque a principios de enero, es que los
responsables están bien organizados y cuentan con enormes recursos.
En el primer
ataque, más de 300 sistemas informáticos relacionados con los Juegos Olímpicos
se vieron afectados, y muchos de ellos resultaron comprometidos. En el segundo
ataque, se logró tumbar la web oficial de los JJ.OO de invierno durante 12
horas.
La versión oficial de Pyeongchang 2018
"Hubo
un ciberataque y el servidor se actualizó ayer durante el día, y tenemos la
causa del problema", dijo ayer domingo un portavoz de los Juegos Olímpicos
de Invierno de Pyeongchang 2018 refiriéndose a los ataques durante la
inauguración. "Ellos saben lo que pasó, y esto es algo habitual durante
los Juegos Olímpicos. Hemos decidido [con el Comité Olimpico Internacional] que
no vamos a revelar la fuente".
Con estas
palabras, el portavoz aseguraba que el equipo de seguridad de los Juegos Olímpicos
sabe bien lo que ha pasado, aunque no ha entrado en detalles. También han querido restarle importancia al incidente asegurando
que esto es algo habitual durante este tipo de eventos, algo que tiene cierta
lógica debido a su repercusión. Sin embargo, esto no es lo único que dijeron.
"Estamos
tomando operaciones seguras y, de acorde a las mejores prácticas, no vamos a
comentar sobre el tema porque es un problema con el que estamos lidiando",
dijo el portavoz, según The Guardian.
"No daremos detalles de una investigación antes de que esta llegue a su fin,
particularmente si se trata de seguridad, que en estos juegos es increíblemente
importante".
Esto también
tiene mucho sentido, ya que en el caso de que tuvieran pistas sobre quién puede
estar detrás, hacerlas públicas
sería como avisar a los responsables y darle tiempo para cubrir sus
huellas. En cualquier caso, desde los Juegos también se ha informado de que los
problemas que hubo afectaron a "sistemas no críticos" durante algunas
horas, sin perjudicar "la seguridad de ningún atleta o espectador"
durante la ceremonia de apertura.
Rusia dice que no hay pruebas contra ellos
Los
principales sospechosos de este ataque son, como viene siendo habitual, los
rusos. Los atletas de ese país fueron
expulsados de los JJOO de Invierno por escándalos de dopaje, y
aunque algunos atletas podrán competir bajo bandera neutral, no habrá ni rastro de su escudo o bandera en
el traje oficial. Esto podría ser un motivo para realizar los ataques.
Esta podría
ser una de las razones por las que muchos sospechan que los ataques puedan
venir desde aquel país, ya que además, según el New York
Times, algunas compañías de seguridad les han señalado como los
responsables del primer ataque el mes pasado.
Sin embargo,
desde Rusia aseguran que todas las sospechas que llevan semanas recayendo sobre
ellos son infundadas, y según Reuters, le echan la culpa a los medios occidentales de
estar realizando "pseudoinvestigaciones" con las que acusarles sin
presentar pruebas.
"Sabemos
que los medios de comunicación occidentales están planificando
pseudoinvestigaciones sobre el tema de las "huellas rusas" al atacar
los recursos de información relacionados con la organización de los Juegos
Olímpicos de Invierno en la República de Corea", declararon la semana
pasada desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia. "Por supuesto,
no se le presentarán pruebas al mundo".
Por lo
tanto, queda esperar a que desde Corea del Sur desvelen, si lo hacen, los datos
de su investigación interna, porque desde Rusia aseguran que ellos no tienen
nada que ver. E incluso en el caso de que los ataques fueran realizados desde
allí, siempre cabría la posibilidad de que hubieran sido realizados por grupos
no gubernamentales, aunque al mencionar que tenían grandes recursos desde
McAfee se insinuó desde el principio que no sería así.
¿Y qué hay de Corea del Norte?
Corea del
Norte es otro de los sospechosos habituales, aunque de momento no han hecho ninguna declaración al respecto.
En el mismo artículo en el que el New York
Times habla sobre los posibles atacantes dejan claro que esta
posibilidad ha perdido fuerza desde que el país inició una serie de contactos
diplomáticos con sus vecinos del sur. Además, Corea del Norte finalmente fue
invitada a particupar en los JJ.OO., otro movimiento más de cara a relajar las siempre
tirantes relaciones entre ambas coreas.
Sin embargo,
los investigadores de seguridad le han dicho al Times que tampoco habría que descartar del todo esta
posibilidad, ya que siempre queda la opción de que estén intentando
avergonzar a sus vecinos del sur mediante estos ataques.
"Una
cosa es cierta: no podemos simplemente confiar en que estos actores se
comporten en este contexto", le ha dicho a este medio John Hultquist, de
la firma de seguridad FireEye, refiriéndose al contexto de paz entre ambas coreas.
"Han demostrado una y otra vez en los últimos años que no temen violar las
normas internacionales y crear el caos".
Fuente:Xataka.com
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